Facundo Cabral amó y cantó a la vida. Alguna noche conversé con él, en la década de los 80. "Soy un anarquista" me dijo hasta cinco veces. La concepción de anarquismo es vasta. Hoy puedo interpretarlo al tiempo y al través de los años, ahora que se ha ido para siempre, que anarquismo para él fue crítica a la sociedad buscando continuamente el cambio hacia un mundo sin cadenas y con libertad absoluta.
Cabral tuvo una vida complicada. Siempre salió adelante. Dolor hubo en su paso por la tierra. Basta recordar las trágicas muertes de su esposa y de su hija. Por la UNESCO fue declarado en 1996 Mensajero Mundial de la Paz. Fue miembro honorario de Amnistía Internacional.
Facundo Cabral cayó asesinado en la ciudad de Guatemala el sábado 9 de julio a las 5:20 de la mañana. Hoy lo recordamos con aquella frase suya: "Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, y llegará naturalmente. No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor. Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible. Y sin esfuerzo porque te mueve la ley natural de la vida, la que me levantó cuando se cayó el avión con mi mujer y mi hija, la que me mantuvo vivo cuando los médicos me diagnosticaron 3 o 4 meses de vida".
O aquella otra frase: "De mi madre aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo, ahora mismo le puedes decir basta a los hábitos que te destruyen, a las cosas que te encadenan, a las tarjetas de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida por el camino perdido".
Facundo Cabral cayó asesinado en la ciudad de Guatemala el sábado 9 de julio a las 5:20 de la mañana. Hoy lo recordamos con aquella frase suya: "Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, y llegará naturalmente. No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor. Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible. Y sin esfuerzo porque te mueve la ley natural de la vida, la que me levantó cuando se cayó el avión con mi mujer y mi hija, la que me mantuvo vivo cuando los médicos me diagnosticaron 3 o 4 meses de vida".
O aquella otra frase: "De mi madre aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo, ahora mismo le puedes decir basta a los hábitos que te destruyen, a las cosas que te encadenan, a las tarjetas de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida por el camino perdido".