miércoles, 7 de diciembre de 2022

 DESTITUCIÓN DEL PRESIDENTE DE PERÚ




PEDRO CASTILLO, 

VÍCTIMA DE LA  DERECHA

 

 

 

 


Pedro Castillo, Presidente de la República de Perú, hoy fue destituido por el Congreso y está detenido. Recordemos que en 2021 ganó la elección presidencial a la ultraderechista Keiko Fujimori, hija del tristemente célebre expresidente Alberto Fujimori, con un apretado margen de 44,058 votos. Pero no fue suficiente su triunfo electoral, desde que llegó a la Presidencia, la oligarquía peruana empezó a ponerle obstáculos en el camino para destituirlo como presidente. Los poderosos, apoderados del Congreso y de la Fiscalía empezaron la persecución. Pedro Castillo, un hombre de campo y profesor rural, mostró incapacidad política. En su corta gestión tuvo cinco gabinetes y renuncias y destituciones y rompió la relación con Vladímir Cerrón, el hombre que lo impulsó como candidato hasta llegar a la Presidencia. Hoy, Pedro Castillo, en un momento de desesperación y entendiendo que se venía su destitución, dictó medidas que van en contra de la democracia, como es la disolución temporal del Congreso, instaurar un gobierno de emergencia excepcional y el toque de queda  en el país, prometiendo trabajar para convocar a elecciones para  un nuevo Congreso y una nueva Constitución, en un período de nueve meses. A nadie extraña que el partido Fuerza Popular, encabezado por la ultraderechista Keiko Fujimori, se haya solidarizado con Dina Boularte, quien fue vicepresenta de Castllo y hoy juró como Presidenta de la República. La ultraderecha es capaz de todo para  conseguir el poder. Lo vemos en Perú, con Pedro Castillo. Lo vemos en Argentina, con Cristina Fernández de Kitchner. Lo vimos con Lula, en Brasil.


 

 

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