LEÓN TROTSKY 

A FRIDA KAHLO

CARTA DE AMOR

Frida, querida:

Viendo tu cara de ciervo esta noche descubrí que nunca puedo apartarte de mi cabeza y mucho menos de mi corazón. Mi sangre arde como una lámpara votiva al lado de mi escritorio, y es como una cerradura (parte ilegible en el original) una noche en Collooacan. Voy a dejar este papel debajo de tu puerta. Y debo aclarar una vez más que no había diferencias entre nosotros. Ni siquiera la columna abre un surco intransitable en los hemisferios de una espalda. Encuentro difícil de especificar, tal vez para mi alma eslava, si este espacio abierto entre nosotros podría cerrarse y sanar.

Siempre te he amado y en secreto. Me encontré dueño de un juego de principios en el que me gustaría arraigar como un castor, y esquivar el fantasma de tu bigote, tu vestimenta de soldado, y la sed de besos capaces de tener (parte ilegible en el original).

Pagué mucho por este acto de grandeza, para hacerte mía. Yo viví una de esas juventud infeliz, y a tu lado volé como un pájaro que vuela por el único placer de volar, Frida (parte ilegible en la original) hasta donde debería encenderse el fuego original, pronto hubo rumores.

Con lo que duele. ¿Dejo esto en manos de Diego? (¿Debería dejarte en las manos odiosas de Diego? ) ". En ruso, en el original... Cuando es el momento de los blogs, que tú y yo no veremos, sospecho que tu cara anti-virgen desafía las leyes del no-logo. Y profetizo que en un lugar remoto se multiplicará tu ceja, esperando la llegada del olvido que tardará, pues yo mismo me retraso en dejarle este beso a tu figura inmortal. Frida, Frida...

Tuyo,

Lev T.