Vladimir Maiakovski.
Poeta ruso-soviético
1893-1930
Y NO DECIMOS NADA...
La primera noche
ellos se acercan
y cogen una flor
de nuestro jardín,
y no decimos nada.
La segunda noche
ya no se esconden,
pisan las flores,
matan a nuestro perro
y no decimos nada.
Hasta que un día
el más frágil de ellos
entra solo en nuestra casa,
nos roba la luna, y
conociendo nuestro
miedo, nos arranca la voz
de la garganta.
Y porque no dijimos nada
ya no podemos decir nada.
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