PODEROSA VOZ
DE LA POESÍA RUSA
ANNA AJMÁTOVA
1889-1966

Anna Ajmátova fue una de las voces más poderosas de la poesía rusa del siglo XX. Nació como Anna Andréievna Górenko en 1889 cerca de Odesa. Adoptó el apellido de su bisabuela tártara como seudónimo porque su padre no quería que usara el suyo en publicaciones literarias. Fue una figura central del movimiento acmeísta, que se oponía al simbolismo y buscaba una poesía más clara, concreta y precisa. Su obra está profundamente marcada por las tragedias personales y colectivas que vivió: la Revolución Rusa, la ejecución de su primer esposo, el encarcelamiento de su hijo y la represión estalinista. Aun así, nunca abandonó su país, y su poesía se convirtió en un testimonio de resistencia y dignidad. Uno de sus poemas más conmovedores es Réquiem, escrito en secreto durante los años del terror estalinista, donde da voz al sufrimiento de las mujeres que esperaban noticias de sus seres queridos encarcelados. En sus propias palabras: “Soy vuestra voz, calor de vuestro aliento, / El reflejo de todos vuestros rostros”.
PARA MUCHOS
Soy vuestra voz, calor de vuestro aliento,
El reflejo de todos vuestros rostros,
Es inútil el batir del ala inútil:
Estaré con vosotros hasta el mismo final.
Y por eso me amáis ávidamente,
Con todos mis pecados y flaquezas,
Y por eso me entregasteis sin mirar
Al mejor de todos vuestros hijos,
Y por eso no me preguntasteis
Por ese hijo ni una sola vez,
Y llenasteis con el humo de alabanzas
Mi casa ya vacía para siempre.
Y dicen que más estrechamente ya no es posible unirse
Y que más irreversiblemente ya no se puede amar...
Como la sombra quiere separarse del cuerpo,
Como la carne quiere separarse del alma,
Así deseo yo que me olvidéis vosotros.
Traducción de María Teresa León.