Kenneth Klein y la Orquesta Sinfónica de Londres

Kenneth Klein. Foto Christian Steiner.






Carta de Kenneth Klein.


A Kenneth Klein y a mí nos unió en amistad y para siempre un suceso desagradable: Su salida como director titular de la Orquesta Sinfónica de Guadalajara. La alta burocracia gubernamental, sin explicación coherente, decidió quitarlo. Cosas de México. Por ejemplo, si el gobernador en turno tiene la ocurrencia de que su chofer sea el secretario de cultura, así será.


Después, fui a visitar a Kenneth, yo estaba molesto por lo sucedido. Le escuché. Tranquilo, me dijo: "Me voy, ya no me quieren."

En aquel tiempo, 1978, yo era jefe de la sección cultural del desaparecido semanario La Opinón. Llegó mi respuesta: Cinco semanas a plana entera acusé de atrabiliarias a las autoridades que manejaban la pervertida política cultural del estado. Nada pasó, la decisión estaba tomada.
  
Y nada contó: Por invitación del célebre compositor mexicano Carlos Chávez, quien lo había visto dirigir a la Orquesta Sinfónica de los Angeles, Kenneth Klein llegó en 1967 a la capital de Jalisco para hacerse cargo de la dirección titular de la Orquesta Sinfónica de Guadalajara. Sustituyó al bien recordado y querido Eduardo Mata que a sus 23 años ya volaba alto, muy alto. Kenneth dejó Estados Unidos, trabajó con los músicos, sus repertorios fueron de vanguardia, y también, principalmente, de difusión de la música mexicana. Cuando era director invitado, riguroso, incluía  lo nuestro. Fue un embajador musical de México por todo el mundo. Sin embargo, su salida le ayudó a proyectarse internacionalmente.

Antes de partir, me invitó a su casa del Fraccionamiento Monraz, me dio las gracias por mis artículos, me dijo que siempre los llevaría en el corazón. Me esperaba con una botella de cognac Bisquit, nos fuimos a un rincón del estudio, arriba de nosotros, en la pared, una fotografía del chelista español Pablo Casals, su entrañable amigo, y allí de copa en copa, vaciamos la botella. Recorrimos nuestros años de amistad. El sabía que un periodista honrado no ganaba lo suficiente. Se iba para no volver. Su familia en Estados Unidos era acaudalada. Me dijo que si quería ir a trabajar allá. Le agradecí y le dije no. Nos despedimos, nos abrazamos, me susurró: "Ven mañana, tengo algo para tí." Y así fue, me dio una carta de presentación con elogios excesivos a mi persona, dirigida a su amiga Margarita López Portillo, hermana del presidente de México y directora de Radio, Televisión y Cinematografía. El fin: ubicarme en un trabajo bien pagado. Hacía dos meses Kenneth, en el Carnegie Hall de Nueva York, dirigió a la Orquesta Sinfónica Americana en un concierto-homenaje a esta distinguida señora. Élla estaba muy agradecida. No le iba a negar nada. Le di las gracias, salí emocionado sólo porque yo sabía que tal vez no lo volvería a ver. ¿Era un amigo menos?

Con la carta en la mano, caminé por la avenida México. Margarita, la adorada hermana del presidente nunca me conocería. No fui a verla.

Ya lejos, en otros tiempos, recordé a Kenneth, sentí nostalgia por su ausencia, y le escribí a su casa de Beverly Hills. La respuesta: Una larga carta de cuatro páginas: Otra vez me agradecía mis artículos y me hablaba de las orquestas que en Europa había dirigido: La Orquesta Sinfónica de Londres, la Orquesta Nacional de Francia, la Orquesta de la Suisse Romana. Y tres discos: Uno anunciaba en la portada: Skiscrapers/Kenneth Klein/London Symphony Orchestra/. El otro: New York Virtuosi/Kenneth Klein/conductor. Y Música Mexicana con la Orquesta Sinfónica Nacional de México. Todavía me emociona ese momento.

Después volví a saber: En la gira latinoamericana del Ballet Bolshoi con todas sus estrellas, Kenneth era el director de la orquesta y estaría en el auditorio nacional de la ciudad de México. No vino a Guadalajara. Y salían tres discos: Kenneth Klein con la Real Orquesta Filarmónica de Londres, con la Orquesta Filarmónica de Londres, y con la Orquesta Filarmónica de Moscú.

¿Qué haría uno en la vida sin los amigos, aunque sea, lejos, muy lejos?



Kenneth Klein y el célebre Ballet Bolshoi.

Kenneth Klein y Carlos Esparza.



Kenneth Klein, programa de concierto 
con la Sinfónica de Londres.



 Kenneth Klein con la Orquesta Sinfónica de Londres.  



Grabación con la Orquesta Filarmóníca de Londres.


Disco con la Orquesta Filarmónica de Moscú.