jueves, 5 de febrero de 2015






VENEZUELA, 
EN LA MIRA DEL IMPERIO





Sobran ejemplos de las tropelías del imperio. Pasaron 50 años del despiadado boicot norteamericano en contra de la Revolución Cubana. Sin embargo, el imperio no tiene límite para su expansión a costa de lo que sea y ha puesto su mira en contra de la Revolución Bolivariana de Venezuela. El imperio norteamericano cuenta con el respaldado incondicional de la derecha nativa que suspira y promueve un golpe de estado en contra del gobierno de Nicolás Maduro, buscando disponer de la riqueza petrolera y entregarla sin condiciones al país más poderoso del mundo.

"La caída del precio del petróleo es un enorme impulso para Estados Unidos. Tres de nuestros cuatro adversarios más activos están seriamente limitados y su margen de maniobra se ha visto gravemente reducido", dijo Edward N. Luttwak, asesor del Pentágono, al señalar claramente a Rusia, Irán y Venezuela.

Es cierto que existe una sobreoferta mundial de petróleo, pero en este mundo nada es casualidad. La caída del precio del petróleo es una manipulación del imperio para atacar principalmente a países progresistas, entre ellos Venezuela, -la nación con mayores reservas mundiales del hidrocarburo-, sin importar perjudicar en la maniobra a países en desarrollo, productores de petróleo y aliados suyos a ultranza, como es el caso de México, cuyo gasto interno es financiado en su mayor parte por la venta del petróleo.

La conspiración en contra del gobierno de Venezuela está en marcha con la complicidad de los expresidentes Felipe Calderón, de México, Sebastián Piñera, de Chile, y Andrés Pastrana, de Colombia, oscuros personajes de ultraderecha, que se han prestado al hostigamiento del gobierno venezolano. 

La consigna del imperio es acabar con la Revolución Bolivariana de Venezuela, que hoy cruza por un momento crítico, al sufrir una reducción del ingreso por venta de petróleo que desestabiliza su economía, pero que básicamente será superable con la solidaridad del pueblo.

No es la primera ocasión que Venezuela sufre el embate del imperio y de la burguesía nativa, cuyo destino final será el basurero de la historia.