miércoles, 9 de marzo de 2011

Zabaleta, Arte Inigualable


Nicanor Zabaleta fue un artista lleno de signficados que me acompañará siempre. Los recuerdos se agolpan: Fue de pequeño, yo no pasaba de los diez años cuando lo conocí en la década de los 60. Mi padre me llevó, tomado de la mano, al Palacio de Bellas Artes, en la ciudad de México. En ese hermoso teatro, por primera vez  le escuché tocar su arpa. De niño se me salían las lágrimas cuando la música me conmovía. No lo podía evitar. Mi padre, de soslayo, me observaba, y sé que le gustaba que la música me llegara al corazón. Alguna vez, disimuladamente, me daba su blanquísimo pañuelo.

TRATO EXQUISITO
Nicanor Zabaleta era un hombre de trato exquisito, amable, no tenía el carácter agresivo e insolente de algunos españoles tradicionales que conservan la mente ancestral de conquistadores del mundo y ven menos a quienes no son de su patria. Zabaleta fue un hombre educado. Le vi, atendía casi paternalmente, con esmero, a quien se le acercara. Esa es un virtud, un don de los grandes hombres, entre más importantes, más sencillos.

ESPAÑOL DEL MUNDO
Zabaleta nació en San Sebastián, España, el 7 de enero de 1907. En París, en 1926, dio su primer concierto. En Puerto Rico, en 1950, en un recital conoció a Graciela Torres, con quien casó después. Fue un viajero incansable, visitó casi todos los países difundiendo su arte inigualable. Y tocó, acompañado por las mejores orquestas. Las obras maestras del siglo XVIII rejuvenecieron en sus dedos, en sus manos, en su arpa.

ENCUENTROS
Mis encuentros con el célebre arpista fueron en sus repetidas visitas a México, antes y después de sus presentaciones en el Palacio de Bellas Artes, en la ciudad de México, y en el Teatro Degollado, en la ciudad de Guadalajara. Era un privilegio y una alegría platicar con él. Me invitaba a sus ensayos, a sus conciertos, y al principio y al final, me pedía con amabilidad que le ayudara a mover su arpa. Entre los dos, con delicadeza, cargábamos el instrumento. Un día, después de muchos años de tratarnos, me sorprendió: Sacó de un sobre una pequeña fotografía, que me dijo cargó algún tiempo y que le gustaba mucho. La guardaba para mí. Le abracé, nos abrazamos.

EL MEJOR ARPISTA DEL MUNDO
El maestro Zabaleta, considerado en su tiempo por la crítica especializada el mejor arpista del mundo, recibió el afecto y el reconocimiento de los más grandes compositores del siglo XX: Joaquín Rodrigo, su compatriota, le hizo la transcripción para arpa de su famoso Concierto de Aranjuez. Heitor Villa-Lobos, Alberto Ginastera, Darius Milhaud, Walter Piston y Ernst Krenek, escribieron obras especialmente para que Zabaleta las interpretara.

POCA DIFUSION DEL ARPA
El arpa no es tan popular como el violín y el piano, -es verdad, tuvo su tiempo y su gloria-, sin embargo, actualmente tiene sus seguidores. Me encanta, me parece un instrumeno de expresión refinada, tierna y emotiva.

AYUDAR A CRECER
Existen figuras, como es el caso de Nicanor Zabaleta, que me ayudaron a formarme en educación y a crecer en espíritu. Las circunstancias de la vida me ubicaron, primero, en mi niñez y adolescencia como oyente, después en mi juventud y madurez como periodista y amigo, frente a un hombre que con su arte fue capaz de conmover a multitudes. Nicanor Zabaleta fue un ser humano de espíritu bellísimo.

AL CIELO
Todos tendremos que partir. Iremos al cielo o al infierno. Nicanor Zabaleta se fue al cielo a tocar el arpa con los ángeles, el 31 de marzo de 1993. Murió en Puerto Rico, la tierra que amó, de la mujer que amó.


LA HERENCIA
Nos queda de Nicanor Zabaleta su arte inigualable en una inmensa discografía. Evocamos su presencia de hombre bondadoso, caminante incansable por los senderos del mundo, tocando maravillosamente su arpa.

Y esa amistad, hermosa e inolvidable.
Letra de Nicanor Zabaleta

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