miércoles, 25 de diciembre de 2019

ASEDIO A LA EMBAJADA DE MÉXICO EN LA PAZ



EL GORILATO BOLIVIANO 
AMENAZA, INTIMIDA




Evo Morales fue obligado por los militares a dejar la Presidencia de Bolivia. Fue un golpe de estado.



La historia de los gorilatos, -los militares que derrocan y persiguen a los gobiernos constitucionales-, se repite en Suramérica. El mandatario Evo Morales fue obligado por los militares a dejar la Presidencia del Estado Plurinacional de Bolivia. Fue un golpe de estado que ha impuesto un gobierno de facto. Evo llevó a su país a un envidiable crecimiento económico e instauró a la vez programas de beneficio colectivo. Pero el que manda, el que instruye, el que manipula es el imperialismo norteamericano y obedientes como mascotas, los poderes fácticos locales en complicidad con los militares se han apoderado ilegalmente del gobierno legítimo que presidió Evo, el dirigente indígena que fue rescatado por un avión enviado por el gobierno mexicano que a la vez le otorgó el asilo político. Después, Evo partió a Argentina y allí, en esa tierra donde recientemente regresó el peronismo, asesora a su movimiento popular para escoger candidato que participará en la próxima elección presidencial. Antes, en las horas de angustia, en la represión violenta del golpe de estado, algunos funcionarios del legítimo gobierno boliviano se refugiaron en la embajada mexicana, sede diplomática que hoy es asediada por la policía enviada por el gorilato militar que es capaz de las peores bajezas y de la violación sistemática de la ley. Los países progresistas deben estar atentos  al desarrollo de los acontecimientos en la ciudad de La Paz. Habremos de condenar los golpes de estado en cualquier lugar del mundo, golpes de odio y de terror que cobijan intereses mezquinos de los imperialistas y de sus lacayos, los dueños del capital que no tienen patria. No será fácil vencerlos. El pueblo de Bolivia, a la larga, triunfará y la democracia será restituida. Evo volverá.




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